Mauro Arbiza is the fourth generation of Rodín's disciples.
In Miami at the beginning of 2006, the teacher Manuel Carbonell took him as his disciple, who in turn was the disciple of José Sicre and the latter of Bourdelle, Rodin's favorite student.
Equilibrio vital
Las esculturas de Mauro Arbiza impactan por la belleza de sus formas y su interacción con lo espacial. Muchas son abstractas porque no encajan con elementos comúnmente identificables, pero a través de formas armónicas (cónicas, elipsoides o lanceadas), nos acercan a lo trascendental y espiritual. Otras son surrealistas, porque mezclan lo figurativo con lo onírico, líneas o profundidades que también trascienden lo humano y se dirigen a un plano multiverso.
Su obra es la representación escultórica de la energía universal, interpretada mediante líneas precisas, curvas, puntas entrecruzadas, redondeces sugerentes, como patrones del autor para entender la vida, el cosmos y el infinito. Me detengo en la circularidad, como representación del devenir de la vida o su repetición elíptica.
Sus esculturas parecen estar siempre elevándose, las líneas se esfuman hacia el cielo como si se confundieran energéticamente con el Universo. Esas elevaciones parecen estar en constante movimiento, como vibrando con energías sutiles del cosmos. La perfección lograda en los giros, líneas y curvas, provocan que uno alce los ojos, obligándonos a mirar hacia arriba, siempre. Quizás es a donde Arbiza quiere que miremos.
Sus volúmenes dan una sensación de continuidad, como si fueran ondas planetarias u olas del océano, que jamás finalizan, que continúan por siempre escapándose en amplio abanico. Simetrías o asimetrías, potentes, están siempre en equilibrio, como el equilibrio del cosmos, como una sutil representación de la energía viva, en constante movimiento.
Las superficies pulidas, impecables, son el vínculo con la pureza y todo su espectro, la generosidad, la empatía, la sensación de felicidad. Sus esculturas parecen tener un halo de luz, por fuera de lo representado.
El fino cuidado en la pintura, la brillantez del pulido, la suavidad de la superficie, dan la sensación de tener más luz las esculturas que los focos que la rodean. Incluso las breves sombras contenidas son luces más tenues que armonizan con toda la reflejada.
Quizás parezca compleja su intención, sin embargo, es simple, como simple parecería ser el orden universal. Y allí estamos nosotros, sostenidos cada uno por una ínfima parte de esa energía vital, que conectamos con el todo cuando creamos o pensamos. O simplemente somos.
En su arte Arbiza representa el cosmos, la energía universal, todo lo que ha dado vida, y a nosotros inteligencia, sensibilidad y capacidad creadora. Lo logra a través de bellísimas representaciones sensibles, enigmáticas y luminosas.
Hemos intentado a través de los siglos entender la vida, la creación o el orden del universo, y en esa tarea infructuosa de la humanidad los artistas cumplen un rol esencial. Ante tal disyuntiva, Arbiza hace su tarea, el es para hacer, crea luz desde su luz interior, acaricia, sin develar, los secretos del universo.
Miguel Angel Olivera Prietto
Artista plástico, narrador y poeta
La serie de esculturas “ARBISSONE” surge en el año 2022 de la colaboración con el ingeniero y creador paraguayo, Roque Ardissone.
Arbiza, al conocer el dibujo de éste se entusiasma al identificar algunos elementos en sus dibujos que son compatibles con su estilo, seguidamente talla una serie de 12 esculturas inspiradas en sus dibujos…y surge la “Serie de Roque”
